Mi gran amor…Los Animales…. El Creador.
Decir que mi primer amor fue un niñito en mis primeros años escolares sería mentir. Porque mi primer amor y a primera vista fueron los animales. Claramente y primero que a los niñitos, ví los animalitos.
Desde muy pequeña estuve rodeada de ellos, porque mi abuelito tenía una casa quinta en la cual tenía muchos animalitos que recogía de todos lados cuando eran abandonados. Mi abuelo era un hombre muy severo pero su corazón se derretía con estos animalitos vulnerables y toda su dureza se convertía en ternura y bondad infinita. En la mañana temprano y antes de ir a trabajar, alimentaba sus palomas, muchas, cada una con su nombre, las cuales al verlo, saltaban a sus hombros y se frotaban tiernamente contra su cabeza . Luego las gallinas y pollos, lo reyes y reinas del jardín, intocables, mascotas mimadas y consentidas. Luego el chivo, perros y gatitos, que además tuvieron el privilegio de dormir en su lado de la cama a escondidas de mi abuelita. Recientemente me enteré de que tuvo una vaca, a la cual se llevó a su casa para liberarla de morir.
Mi mamá heredó ese amor por los animalitos y me lo traspasó a mí, pues en mi casa siempre hubo animalitos recogidos de todos lados y el amor y el respeto por estos seres de Dios, siempre fue muy importante. He vivido momentos muy felices junto a ellos y he aprendido de ellos, como de nadie, del amor incondicional.
No me di cuenta hasta adulta lo que los animales me dieron a mí como ser humano y como ser espiritual. Y fue la capacidad de encontrar al mismo Dios en ellos. Porque encontré un lenguaje común, sin palabras, en todas las especies. Hay un todo que nos contiene y que es amoroso. Quien quiera que nos haya creado, también creó los animales, la tierra y la naturaleza, como un ser vivo que late en una frecuencia totalmente divina. El creador puso el mismo cuidado, amor y ternura en todas sus criaturas y nos dio la gran misión de vivir en respeto unos con otros. Considerándolos a todos como seres sagrados hijos del mismo ser Supremo. A todos por igual. El reino mineral, que contiene al vegetal, que contiene al reino animal y a nosotros, que somos los que poseemos la capacidad de ser conscientes a este milagro de la existencia. Si somos capaces de sentir la tierra, a un árbol y a un animalito como seres vivos, sintientes, nos daremos cuenta de que todos somos uno, no solamente como seres humanos, si no uno con toda la creación.
De la naturaleza he aprendido de la gran obra maestra de nuestro creador, que infinidad de colores, luces, sombras, texturas y pinceladas. Si a Dios se le conoce por sus obras, entonces gracias naturaleza toda por mostrarte ante mí y hablarme en tus puestas de sol y amaneceres, sobre quien es el pintor de este cuadro mágico y maravilloso. Inminente, cierto y eterno.
Gracias creador por los animales, arboles, flores, y las estaciones. Quisiera pensar que estoy en esa frecuencia divina, de la cual me hablaste cuando acaricié por primera vez a un gatito pequeño.
El universo entero está contenido en ese ser y lo honro al igual que al Padre.
Namasté